Una mirada que ya no expresa porque está cansada de hacerlo, cansada de humedecerse, cansada de no ser auténtica, cansada de permancer estoica.
Noches delirantes e insoportables; mente que no logra enfocarse y sucumbe ante su fragilidad.
Quisiera que salgas del papel, que cortes los hilos con los que sellé tu boca y susurres palabras ligeras que levanten siquiera mis párpados.
Quisiera que salgas del papel, que tus ojos retornen a ti y que con una dulce mirada me hagas despertar; que tus rasgados oídos escuchen estos suplicios.
Quisiera que salgas del papel, que no seas una ilusión, que el humo de tu cigarro medio muerto sea un reconfortante incienso.
Quisiera que salgan del papel; son en lo único que confío; son lo único real a pesar de su irrealidad.
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